
Desde siempre el trabajo en el campo y la ganadería han sido los trabajos más duros para el ser humano. Así nos lo advertían nuestros mayores desde pequeños como un castigo más sobre la tierra. El que no quiera ir al colegio para aprender o estudiar ya sabía cuál era su destino, el campo, el cual nadie lo quería y daba miedo el trabajo tan duro que había que desarrollar. Poca comida, poca bebida, mal sueldo, muchas horas de trabajo para sacar el jornal, entonces no había convenios colectivos del campo que velaran por los intereses del dueño ni del jornalero, ni de nadie…
Era un trabajo para gente fuerte, sana, bien curtida para el duro trabajo que se ofrecía. El alzar la tierra se hacía con la azada, con el “Palín”, amocafre… herramientas duras de usar a mano para el trabajo del campo de aquellos tiempos. Para segar los cereales de temporada la hoz y así sucesivamente otros muchos más que funcionaban a base de brazos y curvar el cuerpo, esfuerzo tras esfuerzo y muchas horas al día de sol a sol. La poda, la recogida de la aceituna, la trilla de los cereales en la era ayudados con las bestias. Todo era sudor, horas y fuerza del hombre y la mujer, sobre los medios rudimentarios que poseía cada uno. Así muchos años tras siglos de historia. No había descanso, ni días de fiesta, ni viajes de placer, ni vacaciones…a veces se dejaba de trabajar cuando te entraba una enfermedad de las de entonces que no tenía curación ni medicamentos para curarte. El desenlace de aquel contratiempo era fatal.
Y la vida sigue igual en el campo y la ganadería de estar al pie del tajo, del día a día, de sol a sol, de cuidar los animales, de no faltar y no abandonar las faenas diarias y constantes que se tienen. Hay que trabajar más y más ya que las horas del día son pocas para el agricultor y el ganadero. Le faltan horas al día para las faenas propias de cada uno. Si los días tuvieran 26 horas serian aún pocas para estos sectores que no tienen espera en sus labores. La fecha de siembra, de abonado, de escarda, de tratamientos, de riego, de regabinar, etc. etc. y si hablamos de la ganadería no acabamos. El ganado come y bebe todos los días, hay que ordeñar, ver si come o no come y nada de esto lo hace nadie, nada más que el agricultor y el ganadero. No se les puede perder ojo a los animales, ni dejarlos solos… menudos trabajos hay que hacerles diariamente y sin faltar ni un día.
Con la mecanización todo ha cambiado un cien por cien. Todo ha mejorado en ese esfuerzo de la mano de obra y algo se alivió ese trabajo de sol a sol, sin descanso y sin ciertas comodidades. Hoy hay máquinas para todo y para otras muchas más cosas, “pero el ojo del amo engorda el caballo” y este dicho es verdad a pies juntillas. Las máquinas hacen muchas cosas, pero no todas. Por eso hay que estar allí todos los días en el campo y con los animales. Los animales no entienden de fiestas, ni de males del cuidador, ni de epidemias humanas, ni de descansos al mes, ni de vacaciones de verano, semana santa o navidad. El ganadero y agricultor no tiene vacaciones estipuladas de ningún tipo. Los 365 días del año son hábiles de trabajo.
La mecanización trajo cierto alivio en el trabajo a los agricultores y ganaderos, no cabe duda. Pero también trajo otros inconvenientes que ya no sabe como aliviarlos: mas gastos en todos los aspectos para producir. Mas controles en la aplicación de los productos fitosanitarios. Mas exigencias en sembrar tal o cual semilla. Mas control en la aplicación de dosis de abonos. Exigencias en el cuido del medio ambiente. Costos de insumos utilizados más elevados a todos los niveles. Imposición de aranceles a la venta de sus productos. Mano de obra más cara, alto costo de la energía eléctrica, pago de IVA de sus productos, bajos precios de lo que produce como “VIRUS” final a su trabajo de sol a sol y sin solución por parte de nadie.
Se ha hecho mucho ruido en los dos últimos años pidiendo un PRECIO JUSTO para la aceituna de mesa gordal y manzanilla. Este ruido se hizo con movilizaciones de todo tipo, con tractores y vehículos agrícolas en pueblos como Morón de la Frontera, Utrera, Los Palacios, Aznalcollar, Dos Hermanas…ruido que dio su fruto y resultados positivos. No fue suficiente ya que los PRECIOS JUSTOS exigen un trato especial y con la participación en la negociación de muchos entes económicos que son los que mandan en los mercados nacional e internacional. Estos últimos se tienen muy bien aprendida la lección y a golpe de teléfono desde sus despachos hacen y deshacen todo lo que haya que tratar al nivel que sea. Esto es lo mismo que luchar un mosquito contra un elefante.
No obstante se ha despertado de la noche a la mañana aquel “elefante dormido” que ya la carga no la puede soportar y ha dicho ¡¡¡ BASTA YA !!!. Todos los agricultores y ganaderos a la calle y a pedir contra viento y marea unos PRECIOS JUSTOS. Lo que hicieron los productores de aceituna de mesa en su momento, como ya he dicho anteriormente, aunque minoritariamente pero unidos.
Con toda la modernización habida en el campo en los últimos años, para mejora en todos sus ámbitos de los sectores agrícolas y ganaderos, sin un PRECIO JUSTO para sus productos, ¿Quién iba a poder soportar tan altos precios en ese cambio de condiciones con precios de hace 40 años?. Por eso, ese levantamiento nacional de agricultores y ganaderos pidiendo un PRECIO JUSTO en estos dos meses últimos. Hay que aplaudir a estos sectores agrícola y ganadero que son los que mantienen la población en los pueblos dando trabajo, son los que producen alimentos sanos para que viva la sociedad rural y no rural e internacional. Generan riqueza para otros sectores que sin ellos no existirían, como no existían hacen 40 años. El campo hoy ampara a todo el mundo y ya no son tan castigados los que no tengan estudios. El abanico de puestos de trabajo que ofrece hoy la agricultura y la ganadería es de primer orden.
Son los que en épocas duras no van a pasar desapercibidos. Llevamos unos días en que el mundo tiembla por un virus, que ha aparecido…sin muchos comentarios ya que los hay para todos los gustos. Tiembla la tierra y ahora nos acordamos y vemos que sin el campo y la ganadería desapareceremos antes que por el COVID-19. Sin alimentos y sin quien lo producen nada ni nadie puede vivir. ¿aprenderemos ante esta situación quienes son los agricultores y ganaderos? ¿Tomaremos conciencia que ellos son la base de la subsistencia humana?
Hoy ya llevamos varios días reclutados y limitadas nuestras salidas de casa a no ser que sean cosas que se prevean en la ley dictada. La ley no permite salir de casa si no es por causas contempladas en la misma, muy concretas, definidas, puntuales, específicas. Esto no ha sucedido nunca a nivel mundial. Todos estamos cumpliendo bajo controles, multas muy elevadas, etc. etc.
De los pocos sectores que se les permite por ley entrar o salir, por bien de la sociedad, son a los agricultores y ganaderos
¿Qué función cumplen hoy estos SEÑORES?
La función que hace que viva la humanidad: producir alimentos sin los cuales no viviría ni el COVID-19 mortífero que nos ataca, si es que comiera. Libertad de movimientos según ley a los productores de alimentos en estos momentos vitales, para que trabajen y sigan abastecimiento a las cadenas distribuidoras de alimentos sanos y saludables. Momento crítico y vital que hay que contar con estos sectores. Los demás muy importantes y aplaudidos, pero el nuestro vital como los demás y primeros.
¿Pueden los profesionales de la sanidad ir a trabajar si no han saciado sus necesidades alimentarias básicas?, ¿pueden los enfermos vivir en el hospital sin ser alimentados? ¿puede la sociedad permanecer en casa sin alimentos?
Cuantas preguntas podríamos seguir haciéndonos si estos sectores maltratados e ignorados por lo que cobran dejaran de producir alimentos y cuanto reportan a la sociedad para su supervivencia.
Pues si estamos dando solución involucrándose todo el mundo a todos los niveles a que el COVID-19 no nos mate o elimine a la humanidad, los humanos deben dar solución a lo que los agricultores piden para seguir produciendo productos alimentarios para poder vivir la raza humana.
Feo futuro nos espera si no damos soluciones a tanto trabajo, a tanta dedicación, a tanto sin vivir, a tanta inversión, para dar los alimentos necesarios a la sociedad en el tiempo oportuno y sin faltar ningún día.
Todos tenemos cosas que aportar para soportar que no se caiga el edifico más importante de la vida y que está a pique de desaparecer. Los tornillos, ni los ordenadores, ni lo que se crea en el laboratorio sustituye a los alimentos que se producen en el campo por los agricultores que piden una solución para los productos que producen.
Gobierno, autoridades, U.E., cadena alimentaria, intermediarios, supermercados, todos tienen que unirse y ver cuál es la realidad del campo en el siglo XXI y en su decisión está el que no falte la producción de alimentos sanos para consumo seguro de la población mundial.
Solucionemos el tema que entre todos podemos.20/03/2020
Un comentario en «Agricultura y Ganadería: los edificios más importantes de la vida»
Magnífico artículo Juan, gracias
Los comentarios están cerrados.